Qué es y cómo superar el síndrome del impostor en el trabajo

La presión por el éxito y la ambición por el avance profesional son comunes en el entorno laboral actual. Pero han traído como consecuencia un fenómeno psicológico muchas veces subestimado: el síndrome del impostor. Caracterizado por la sensación de nunca ser lo suficientemente competente, afecta a un amplio espectro de profesionales. No distingue entre cargos y jerarquías. 

De hecho, un estudio de KPMG revela que el 75% de las ejecutivas, sin importar el sector en el que se desempeñen, han experimentado en algún momento el síndrome de la impostora a lo largo de su trayectoria profesional.

El hecho de comprender a fondo en qué consiste este fenómeno es clave para adoptar estrategias y buenas prácticas que contribuyan a la salud mental del talento y a un clima laboral positivo. Por eso, en este blog, te compartimos una guía práctica sobre cómo superarlo, tanto si eres líder o integrante de un equipo:

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que se manifiesta cuando un empleado experimenta una creencia constante de no ser lo suficientemente inteligente o capaz de entregar excelentes resultados, a pesar de contar con pruebas evidentes y objetivas de habilidad y rendimiento. Tiene sus raíces en complejas interacciones entre factores individuales, socioculturales y profesionales.

La definición de este fenómeno la realizó Pauline Clance y Suzanne Imes en un artículo publicado en 1978, en términos de la incapacidad para internalizar los logros y el temor de estas personas por ser consideradas como “farsantes” en el lugar de trabajo. Por lo tanto, esto da cuenta del nivel de autoexigencia o perfeccionismo, en el que se ponen en duda las propias capacidades y las propias habilidades de la vida profesional, aunque la realidad demuestre un alto rendimiento durante la trayectoria laboral.

Entre los síntomas del síndrome del impostor, se destaca la desmotivación, la baja autoestima y el estrés laboral. Así, quienes se ven afectados por este síndrome tienden a carecer de confianza en sí mismos, subestiman sus logros y sienten un temor permanente al fracaso. El agotamiento por exceso de trabajo y el rechazo de nuevas oportunidades son manifestaciones adicionales que pueden derivar de este síndrome, creando un círculo vicioso que afecta tanto la salud mental como el rendimiento laboral. Aquí algunas situaciones laborales comunes de toda carrera profesional en las que tal vez se puede presentar el síndrome del impostor:

• Presentación ante un grupo: a pesar de tener un profundo conocimiento del tema, una persona con síndrome del impostor puede experimentar nerviosismo extremo al tener que presentarse frente a colegas o superiores, sintiendo que su competencia es cuestionada.

• Evaluación del desempeño: aunque los resultados de rendimiento indiquen un rendimiento excepcional en el puesto de trabajo, el empleado afectado por este síndrome puede desacreditar que ese éxito sea verdaderamente consecuencia de su accionar y puede atribuirlo a factores externos. En otras palabras, le resta importancia a sus capacidades, habilidades y esfuerzo.

• Liderazgo: el temor al fracaso puede paralizar a aquellos afectados por el síndrome del impostor, limitando su capacidad para tomar decisiones audaces y obstaculizando el desarrollo efectivo de los equipos.

• Colaboración: la falta de confianza puede llevar a la reticencia para trabajar en equipo. Quien resulta afectado por este síndrome puede temer que sus aportes, sugerencias y contribuciones no estén a la altura de las expectativas.

Guía práctica: Cómo superar el síndrome del impostor si eres líder de un equipo

Sigue estos consejos para lograrlo:

1. Reconoce el problema

El primer paso crítico para superar el síndrome del impostor en tu equipo es reconocer los signos reveladores de este fenómeno, incluso en los nuevos modelos de trabajo (remoto o híbrido). Para eso, tienes que observar patrones de comportamiento como la constante restitución de importancia a los logros, el rechazo de nuevas oportunidades por miedo al fracaso y la falta de confianza evidente en el entorno laboral. Además, presta atención a la comunicación no verbal, como la evitación de miradas o la falta de participación activa en reuniones. Para eso, considera los siguientes puntos:

• Mantén una vigilancia proactiva sobre cualquier cambio significativo en el comportamiento de los miembros del equipo. Si notas una disminución repentina en la participación o el entusiasmo, esto podría ser un indicador temprano del síndrome del impostor.
• Anima a tus empleados remotos a expresar sus preocupaciones y dudas sin temor a represalias en los diferentes canales de comunicación que utilicen a diario.
• Evita comparaciones injustas y reconoce los logros individuales de manera equitativa.
• Estimula a los miembros del equipo a reflexionar sobre sus propios logros de manera positiva.
• Crea un ambiente donde el aprendizaje continuo sea la norma, y que las equivocaciones son humanas (oportunidades de aprendizaje).

2. Fomenta un ambiente de apoyo

Hay algunas estrategias que puedes replicar para crear un entorno donde los empleados se sientan valorados y seguros (la cultura de confianza y reconocimiento es una de las tendencias de Recursos Humanos a considerar), y también prevenir el síndrome de burnout:

• Reconocimiento regular: fomenta un ambiente donde se reconozcan abiertamente los logros individuales y de equipo. Celebra los éxitos, grandes o pequeños, para reforzar la autoestima y el sentido de pertenencia.

• Cultura de la colaboración: estimula el trabajo en equipo y el intercambio de ideas. Un ambiente donde se valora la diversidad de habilidades y perspectivas puede contrarrestar la sensación de ser un impostor.

• Mentoría y desarrollo profesional: proporciona oportunidades para el crecimiento y desarrollo. Facilita programas de mentoría que brinden apoyo personalizado y guía para superar desafíos.

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Ayúdale a tu equipo a conectarse y a forjar relaciones más duraderas con conversaciones entre ellos, grupos de interés y reuniones virtuales.

3. Proporciona retroalimentación constructiva

¿Cómo ofrecer comentarios que fortalezcan la confianza y la autoestima para una buena gestión de equipos remotos? Ten en cuenta estas recomendaciones:

• Entrega de feedback positivo y específico: ofrece retroalimentación que destaque logros específicos y habilidades sobresalientes. Por ejemplo, elogia la resolución creativa de problemas o la iniciativa proactiva en proyectos.

• Establecimiento de metas realistas y concretas: colabora con cada miembro del equipo para establecer metas alcanzables y progresivas. El hecho de establecer objetivos realistas puede ayudar a disipar la sensación de estar constantemente por debajo de las expectativas.

• Promoción de la percepción del error como oportunidad para aprender: cambia esta forma común de pensar acerca de los errores. En lugar de castigar los errores, enfócate en cómo estos pueden ser valiosas oportunidades de aprendizaje y crecimiento profesional.

Entonces, en lugar de felicitar a un talento como líder diciendo “Buen trabajo, pero aún hay mucho que mejorar. No cometamos errores la próxima vez", puedes optar por expresar “Quiero destacar tu habilidad para liderar el proyecto de manera efectiva. Tu capacidad para tomar decisiones audaces ha sido fundamental para el éxito del equipo”.

Guía práctica: Cómo superar el síndrome del impostor si eres miembro de un equipo

Como miembro de equipo, si crees que padeces este síndrome, aquí te compartimos estas buenas prácticas que te ayudarán a superarlo o sobrellevarlo de una mejor manera:

1. Aceptación y autoevaluación

La autorreflexión es clave. No tienes que esperar a recibir elogios por parte del líder de tu equipo, un gerente o el director ejecutivo de la empresa. Tú también puedes premiarte y reconocer tus propios esfuerzos. Si bien esto puede ser difícil al comienzo, te sugerimos implementar lo siguiente:

• Creación del diario personal de logros: inicia un diario en el que registres tus éxitos diarios. Puede ser un Google Docs en el que anotes logros pequeños o grandes del día a día. Es una forma de reforzar la autoestima. Un ejemplo de logro podría ser que hayas completado todas las tareas previstas según la planificación del día de jornada de trabajo o que hayas adquirido una buena práctica en favor de un sano equilibrio entre la vida laboral y personal.

• Fijación de metas realistas y alcanzables: divide objetivos más grandes en pasos o tareas más pequeñas. Podrás celebrar cada hito que alcances.

• Solicitud de feedback a los demás: pide retroalimentación a compañeros de trabajo, gerentes y superiores. La obtención de perspectivas y opiniones externas te ayudará a reconocer y aceptar tus habilidades.
  
  

2. Comunicación abierta

¿Cuáles son tus preocupaciones laborales? Es importante hablar sobre ellas para tener una comunicación abierta:

• Experiencias en grupo: hazlo con compañeros de confianza. Probablemente, descubras que otros se enfrentan a retos similares y que “no te encuentras solo”.

• Reuniones para discutir tu desarrollo: busca la concreción de reuniones regulares con tu supervisor para discutir tus objetivos y preocupaciones. La comunicación abierta con superiores puede proporcionar claridad sobre las expectativas y disipar temores injustificados.
• Participación en sesiones grupales: únete a talleres o grupos en los que se discuta sobre el síndrome del impostor y temas relacionados. Podrás disipar dudas y replicar consejos que le hayan funcionado a otros.
  

3. Desarrollo de una mentalidad positiva

Estas son algunas estrategias principales para cambiar patrones de pensamiento negativos y desarrollar una mentalidad positiva. Aquí te proporcionamos distintos ejemplos, los cuales pueden adaptarse a las diferentes situaciones que experimentes como empleado (incluso en una entrevista de trabajo):

• “No merezco estar aquí”: modifica esta frase por “Mi contribución es valiosa”. Refuerza esta afirmación recordando logros pasados y el reconocimiento recibido por tus habilidades.

• “Mis errores dan cuenta de que soy un fracaso”: reemplaza ese pensamiento por “Los errores son oportunidades para seguir aprendiendo”. Transforma la percepción de los errores como pasos necesarios para el crecimiento personal y profesional.

• “Mis logros son producto de la suerte, no soy competente, en realidad”: cambia esa afirmación por “Mi éxito es resultado de mi esfuerzo y mi voluntad de mejorar”. Reemplaza la atribución del éxito a la suerte con el reconocimiento de tus habilidades y esfuerzos.

Soluciones y consejos

El síndrome del impostor puede ser un desafío abrumador, pero con enfoque y determinación, es posible superarlo. Aquí te presentamos soluciones prácticas y consejos que te ayudarán a enfrentarlo, con una mentalidad positiva y construyendo una sólida base de autoconfianza:

• Terapia: considera la posibilidad de buscar la ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo o terapeuta. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser efectiva en abordar el síndrome del impostor.

• Mentoría y red de apoyo: establece conexiones con mentores o colegas de confianza que puedan brindarte orientación y apoyo emocional. Compartir experiencias con otros que hayan superado el síndrome del impostor puede ser invaluable.

• Desarrollo de habilidades: aprende y practica la meditación y el mindfulness. Estas son algunas herramientas clave para manejar el estrés y la ansiedad.

• Comunidades virtuales: explora comunidades online que se centren en tratar este fenómeno. Participa en discusiones y comparte experiencias.

Ya estás dando el primer paso: saber más sobre el síndrome del impostor para comprender sus mecanismos de funcionamiento. Al interiorizarte sobre este tema, puedes tener una perspectiva más clara y desmitificar la falsa creencia de que “te encuentras solo” en esta lucha.

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El síndrome del impostor puede ser considerado como un obstáculo para el bienestar mental y el rendimiento de todo trabajador, sin importar el cargo que ocupe en una empresa (hemos visto que incluso gerentes o importantes líderes pueden resultar afectados). Esta constante sensación de no ser suficiente puede afectar negativamente la confianza, la autoestima y la calidad de vida de los miembros del equipo. En este contexto, abordar el síndrome del impostor no solo se convierte en una prioridad, sino en una estrategia clave para cultivar un entorno laboral saludable y productivo.

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